jueves, 1 de diciembre de 2011
Sentimiento, nada más.
Esa puñetera alegría que te invade el cuerpo cuando le ves saltar al campo, que se te erice la piel por ver el escudo rojiblanco, un nudo en el estomago, las manos frías y sudosas cada vez que ves un partido, cantar el "Atléti, Atléti, Atlético de Madrid..." a todas horas, sentirte orgullosa de ser colchonera, defender con ilusión a un equipo que se encuentra ante la difícil tarea de ser siempre grande sin poder serlo, sufrir cada segundo de los interminables partidos, decir "soy del Atléti" cuando el día anterior tu eterno rival, el Real Madrid, te ha ganado 4-1, ir con la camiseta del Atlético, que un señor mayor te mire, se acerque y te diga "esto es vida" señalandote al escudo, ver el Calderón y llorar de la alegria, esto, esto si que no se puede comparar a cualquier amanecer visto desde la ventana, a cualquier puesta de sol, o a cualquier simple premio de loteria, porque yo siento que ya me a tocado la loteria por ser del Atléti.
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